viernes, 22 de febrero de 2013

Alternativa política colectiva vs. caudillismo




En Colombia existe una tradición política heredada de los partidos tradicionales, asumida por los partidos de izquierda y especialmente identifica a los sectores independientes, que es la personalización excesiva de los liderazgos políticos, conocida en otras épocas como el caudillismo. 
Las ideas políticas, las propuestas programáticas, las ideologías e incluso la ética pública, se han relativizado y debilitado, cuando hablamos de “el santismo”, “el uribismo”, “el fajardismo”, “el petrismo”, “el mockusianismo”, o en el mejor de los casos hablamos del “Partido Cambio Radical” para decir que es el proyecto político unipersonal de Germán Vargas Lleras.
Han perdido terreno en el lenguaje de los medios masivos de comunicación, y por ende de los colombianos del común, expresiones como el liberalismo, el conservatismo, el socialismo, eso denota una baja significativa en la cultura política de la sociedad. La política ya no debate qué tipo de sociedad se quiere o se requiere, sino se discute quién es el líder que nos va a salvar de la hecatombe social, ambiental y económica que nos ha sumido en el país más desigual y excluyente de América Latina.
La política ha dejado de ser la disciplina o el arte de analizar, reflexionar y conducir las sociedades, a través de propuestas y proyectos colectivos, para convertirse en apuestas por el triunfo de líderes carismáticos, que se convierten en ídolos y no asumen más compromisos que ser consecuentes con sus convicciones personales. Ha triunfado el individualismo, el mesianismo, y los ciudadanos creemos que la única responsabilidad política que tenemos es elegir bien. Eso es un avance frente al clientelismo y la corrupción que aún campea en el ejercicio de la política tradicional, pero no deja de ser inquietante el abandono de las ideas, las ideologías, los programas políticos como expresiones del deber ser de la sociedad.
Los colombianos ya no discutimos qué es lo que se requiere para salir de la crisis social y ambiental en qué estamos sumidos como sociedad, sino a quién seguimos, de quién somos fans, a quién debemos apoyar, casi con una fe ciega como cuando se es hincha de un equipo de fútbol.
En medio de este panorama, ha venido surgiendo un proyecto político que tiene como centro o eje fundamental las ciudadanas y los ciudadanos en igualdad de condiciones, donde no hay que seguir ciegamente lo que decida el “doctor” o el líder carismático, donde las decisiones se toman en colectivo, descentralizadas y de forma democrática, según reglas acordadas con antelación.
Ese proyecto político surgió hace 21 años, en la comunidad de Yaguará, en el municipio de Ortega, en el departamento del Tolima. Hoy tiene muchos líderes en más de 500 municipios de 28 departamentos, tiene 2 congresistas, 14 diputados, 21 concejales de ciudad capital, y cuenta con un total de 754 concejales. Para más pistas tiene 3 gobernaciones propias, 3 gobernaciones en coalición.
Su principal preocupación es el ejercicio de los derechos sociales, económicos y culturales de los colombianos y colombianas, no esta entré los partidos de la mesa de la unidad nacional, y tampoco está en la oposición.
Ha potenciado y facilitado la participación en política de académicos como los profesores Antanas Mockus y Sergio Fajardo; y su apuesta es por lograr que las mejores ciudadanas y ciudadanos participen en la política municipal, departamental y Nacional. Hoy busca potenciar nuevos liderazgos en los departamentos y el distrito capital, para representar a un proyecto político colectivo en el Congreso de la República.
ASÍ se cambia la política.


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