Mostrando entradas con la etiqueta Mesa de Unidad Nacional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mesa de Unidad Nacional. Mostrar todas las entradas

lunes, 18 de abril de 2016

LOS INDEPENDIENTES ENTRE FAJARDO Y PETRO


Por: Miguel Antonio Galvis*.

En estos días se dio la largada para la campaña presidencial de 2018, con la publicación de la encuesta “Pulso País” realizada por DATEXCO, titulada “Opinómetro - para W Radio y el diario El Tiempo”, publicada el 4 de abril de 2016.

En la encuesta telefónica realizada a 900 personas en las 23 principales ciudades de nuestro país, se muestra con toda claridad que los colombianos están cansados de la politiquería de los partidos de la Unidad Nacional, y que la ultra derecha se está desinflando a pasos agigantados.


La primera foto, a dos años y dos meses de los comicios presidenciales, con toda claridad los colombianos muestran su favorabilidad hacia los actores identificados como INDEPENDIENTES, quienes sumados salen al partidor con un 36.2% de la intención de voto. Los sectores de la ultra derecha en oposición al proceso de paz, entrarían con un 19.6% y todos los partidos de la unidad nacional los superarían levemente, con un 20%. La izquierda representada en el Polo Democrático Alternativo sale a la arena presidencial con el 3.6% porcentaje inferior al obtenido por este partido en las elecciones de senado de la república.

De los candidatos registrados en la partida los que cuentan con el 59.8% del apoyo ciudadano, están jugados con el proceso de paz, y dispuestos a ser los gobernantes que implementen los acuerdos de paz, suscritos por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, con las FARC y el ELN; apenas el 19% representan la oposición al proceso de paz.

La posibilidad de mantener esta tendencia, pasa por la capacidad que tengan los candidatos independientes de comprometerse y hacer propuestas viables para la implementación de los acuerdos de paz, la construcción de una mayor equidad, la inclusión social, económica, cultural y política de una Colombia rural marginada y desatendida por décadas, siendo fundamental pensar como revesar la tendencia centralista y sobre todo como atacar la corrupción, para garantizar que los ciudadanos vuelvan a confiar en sus instituciones.

Sin lugar a dudas, tanto Sergio Fajardo que sale a la delantera con el 20.8%, como Gustavo Petro que llega al partidor con un 15.4%, representan un cambio en la forma de hacer la política que ha imperado en el gobierno de Juan Manuel Santos, y por su puesto del gobierno del Expresidente Álvaro Uribe. Ambos representan una ruptura con el actual sistema de corrupción y de apalancamiento con mermelada, cupos indicativos y prebendas a los políticos regionales y municipales.

Una lectura desprevenida de la encuesta, sugeriría que al parecer los colombianos están cansados de tanta corrupción, politiquería y arrogancia de una clase política que gobierna y legisla en función de sus pequeños intereses, dándole la espalda a los intereses de las grandes mayorías y a los grandes problemas nacionales.

La experiencia de la gobernabilidad en la alcaldía de Bogotá, demuestra que para que la izquierda sea opción real de poder, se requiere que se produzca una ruptura en las prácticas políticas, que en la capital fueron dos alcaldías de Antanas Mockus y una de Enrique Peñalosa (Cuando era independiente), para que pudiera llegar un líder carismático desde la izquierda como fue Lucho Garzón.

Bueno sería, que se sentaran a dialogar los Progresistas (petristas) y los integrantes de Compromiso Ciudadano (Fajardistas), y se darían cuenta que tienen más cosas en común, de las que los distancian o diferencian.  Colombia está a la expectativa de lo que suceda con el sector independiente.

* Analista político del Instituto de Pensamiento Étnico Social y Político, IPESP y Veedor Nacional del Partido Alianza Social Independiente, ASI.


Texto exclusivo para “Actualidad Étnica”.



viernes, 7 de marzo de 2014

¿Tres cosas qué anticipa sucederán en estas elecciones al Congreso?

Se mantiene el monopolio del poder político, a partir de la consolidación de lo que se podría llamar, el partido único gobiernista, el mismo que pactó alternancia en el poder durante el Frente Nacional, y que hoy lo hace, con la Mesa de Unidad Nacional.
1. Se producirá una fractura en las mayorías, por envalentonamiento de la ultraderecha que no acepta una salida negociada del conflicto armado, podría obtener el 10% de las curules del Congreso, dejando una mayoría del 75%, y un 15% que espero mantengan los sectores de izquierda democrática, las minorías y los sectores independientes.
2. La corrupción y el uso ilícito del poder político se fortalecen, la supremacía de los herederos de la parapolítica y el despojo de tierras se mantiene en buena parte de la geografía nacional, el voto de opinión también crece, pero se fracciona entre la izquierda democrática, los sectores independientes y la ultraderecha militarista.
3. El Congreso y el Estado seguirán secuestrados por los contratistas y los dineros de origen oscuro.
Algunas minorías políticas sobrevivirán y se mantendrán como alternativa ética para el futuro.

Ir a La Silla Vacía.

miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Qué opina de Vargas Lleras como vice de Santos?

Pasamos de 16 años de Frente Nacional a 16 años de Mesa de Unidad Nacional, tenemos que reconocer con pesar que la Constitución Política de 1991 fracaso en su propósito de ampliación democrática e inclusión política. 
Las familias Santos y Lleras, siguen monopolizando el poder político, con el apoyo de los mismos partidos tradicionales y sus disidencias. Todos conforman un sólo partido el gobiernista, están pegados por una gran cantidad de mermelada. La política sigue dominada por la corrupción y la politiquería.
El voto independiente es el vehículo para renovar la política, y la cultura política la tarea pendiente de nuestra democracia. 

lunes, 24 de febrero de 2014

MERMELADA ELEVA EL COSTO DE LAS CAMPAÑAS



Por. Miguel Antonio Galvis *

La política sigue atrapada (secuestrada) por unas élites paracitas, que durante 16 años se turnaron el gobierno en el frente nacional, y por estos días aspiran a completar un cogobierno que llegaría  también a los mismos 16 años, de la Mesa de Unidad Nacional. Tenemos que reconocer, con pesar, que la Constitución de 1991 fracasó al intentar abrir espacios para la participación y la inclusión política en Colombia.

La clase política se acostumbró a vivir de las mieles de la burocracia, la contratación estatal y el lobby de las empresas nacionales y extranjeras que contratan, concesionan o dependen de regulaciones Estatales, caracterizándose por legislar en beneficio de sus intereses, los de los altos funcionarios del Estado, y de sus financiadores privados.

Por estos días las campañas políticas de los partidos de la Unidad Nacional, que se caracterizan por disponer de cuantiosos recursos económicos, se han mostrado escandalizados por los elevados costos de las campañas. Pues en la bolsa electoral que crearon, un líder local que en 2.010 pedía 5 millones por cada 100 votos obtenidos a favor de un candidato, hoy quiere 10 millones de pesos.

En términos prácticos, significa que el voto pasó de costar 50 mil a 100 mil pesos, esto quiere decir que si un Senador o Representante de la mermelada aspiran a mantener su curul, y debe contar con 30 mil votos, en el 2010 costaban 1.500 millones y en el 2014 costarán 3.000 millones de pesos. Como sube la canasta electoral para los pobrecitos candidatos de la mermelada, hay que considerarlos por estos días, a muchos no les alcanza lo que recibieron durante 4 años y deberán buscar contratistas que los apoyen y los endeuden, para que una vez reelegidos, lleguen a busca como pagar las deudas de sus campañas.

Hay que ser justos y decir que ese pago no le llega directamente a los electores, sus intermediarios, quienes negocian con los candidatos, generalmente son los ediles, comuneros, concejales, diputados, o lideres electorales reconocidos, son quienes a los electores les dan en el mejor caso una botella de aguardiente, una carne, una lechona, o en algunos casos una teja, un bulto de cemento, o los útiles escolares para los niños.

Con estas reglas de juego, un Senador o un Representante a la Cámara de la unidad nacional, tiene que buscar socios para entregarles la contratación de los institutos, las secretarías, las gerencias de entidades públicas que el Presidente de la República reparte para ganar mayorías en el Congreso y tener la consabida gobernabilidad de la mesa de unidad nacional.

Quiero recordarles a los candidatos, y a sus infatigables líderes electorales, el contenido del artículo 390 del Código Penal, que habla sobre la “corrupción de sufragante” y establece:

El que prometa, pague o entregue dinero o dádiva a un ciudadano o a un extranjero habilitado por la ley para que consigne su voto en favor de determinado candidato, partido o corriente política, vote en blanco, o se abstenga de hacerlo, incurrirá en prisión de tres (3) a cinco (5) años y multa de cien (100) a quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Invito a los electores a votar en libertad e independencia, por aquellos que su criterio les dicte, por los candidatos que esgrimen propuestas y son legítimos representantes de los sectores sociales, culturales, étnicos, políticos y económicos, quienes no invierten grandes cantidades de dinero en sus campañas. El voto en una democracia tiene un gran valor para castigar a los corruptos, para elegir a los mejores, pero no tiene precio, la compra de votos es ilegal y perversa para los ciudadanos.

Invito a denunciar a todo aquel que “entregue dinero o dadiva a un ciudadano para que consigne su voto en favor de determinado candidato”. Vamos a preguntarle al Fiscal General de la Nación si ha dispuesto una campaña de información y la infraestructura institucional suficiente para que los ciudadanos denuncien este comportamiento ilegal, que debilita la credibilidad en la institucionalidad democrática.

* Veedor Nacional del Partido Alianza Social Independiente, ASI.